EL POR QUE DE LAS CATASTROFES

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El por que de las catastrofesLas tragedias de Nueva York y Washington sacudieron al mundo entero por lo insólito e inesperado del hecho. Furia, llanto, dolor, alegría y festejos se mezclaron en diferentes partes de la tierra. Pasados los primeros estupores, muchos comienzan a reflexionar.
Los líderes espirituales de nuestro país condenan abiertamente los atentados terroristas. Nadie parece dudar de que el diablo y los hombres son responsables por el hecho. La pregunta se levanta, sin embargo, en relación con el papel que jugó Dios en esos eventos. ¿Fueron producto del azar, una fatalidad caprichosa sin que Dios tenga nada que ver?
Entre los religiosos más conservadores, la catástrofe de NY debe interpretarse como un castigo divino a una nación licensiosa, que permite desde la homosexualidad a la pornografía, la existencia de escuelas seculares, el aborto, el materialismo y la falta de interés en los servicios religiosos de gran parte de la población. Más de 100.000 homosexuales desfilan por NY todos los años. 434.000 mueren anualmente en los EE.UU solamente por el cigarrillo (1.200 por día), sin que se tomen medidas adecuadas para evitarlo. Cientos de miles más mueren por la miseria en el resto del mundo, mientras que pocos hombres disponen de la mayor riqueza acumulada del planeta y viven en la abudancia y despilfarro.
En sucesivas notas vamos a meditar en lo que la Biblia dice acerca de las desgracias humanas. Encontramos, en primer lugar, que lo que Dios hace, a menudo se describe como haciéndolo el diablo también, a través de los hombres o aún de la naturaleza (compárese 1 Crón 21:1 con 2 Sam 24:1; 1 Rey 17:1). Traducido esto a un lenguaje más occidental, significa que lo que el diablo hace, Dios lo permite a causa de la maldad de los hombres y por otras razones que el tendrá en su suprema majestad. De allí es que en este país, los EE.UU., en donde la conciencia religiosa es muy fuerte todavía, sus líderes espirituales no puedan dejarse de preguntar por qué Dios permitió que el diablo se saliese esta vez con la suya (Billy Graham, Pat Robertson, etc).
Una vidente religiosa de hace un siglo atrás, E. de White, co-fundadora de la Iglesia Adventista, no sólo parece haber anticipado los sucesos de Nueva York (véase el diario anterior), sino que explicó también, y de diferentes maneras, el por qué de las catástrofes. Meditemos en una de sus declaraciones:
“Vendrán calamidades, calamidades sumamente pavorosas, de lo más inesperadas; y estas destrucciones se sucederán unas a otras. Si se prestara atención a las amonestaciones que Dios ha dado, y si las iglesias se arrepintiesen y volviesen a ser fieles, entonces otras ciudades serían perdonadas por un tiempo. Pero si los hombres que han sido engañados continúan en el mismo camino en el cual han estado andando, sin prestar atención a la ley de Dios y presentando falsedades ante el pueblo, Dios permite que sufran calamidades, para que sus sentidos despierten” (EE, 24).

Para concluir estas reflexiones de hoy, recordemos las palabras de Jesús, tan llenas de aliento para los atribulados y desesperanzados. "Estas cosas os he hablado para que en mí tengáis paz. En el mundo tendréis aflicción. Pero tened buen ánimo, yo he vencido al mundo" (Juan 16:33). "La paz os dejo, mi paz os doy [paz interior]. Os la doy, no como el mundo la da [exterior]. No se turbe vuestro corazón, ni tenga miedo" (Juan 14:27).